Monday, October 30, 2006

En puerta, patente de biofertilizante creado en la UV

Comunicado de Prensa
Universidad Veracruzana


Xalapa, Equez., Ver., lunes 30 de octubre de 2006


Investigación de estudiantes y docentes apoyará su registro
En puerta, patente de
biofertilizante creado en la UV

· Como parte de su clase de Biotecnología, estudiantes realizan ensayos científicos y generan nuevos conocimientos
· Sus investigaciones ayudarán al registro de la patente de Micofert, un biofertilizante que desarrolló un equipo científico en la UV

Edith Escalón

Para lograr ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) el registro de la patente de Micofert, un fertilizante ecológico creado en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Veracruzana (UV), estudiantes y académicos de esta dependencia realizan a marchas forzadas ensayos científicos e investigación de campo, a fin de reportar a este instituto información complementaria en torno a la efectividad del biofertilizante.
Las últimas pruebas permitirán definir científicamente la resistencia de Micofert a diferentes tipos de fungicidas, su efectividad en tipos de suelo (arena, tepezil, tezontle), así como el tiempo que tarda el hongo (base del biofertilizante) en entrar a la raíz de las plantas, pues ya ha sido comprobado que este producto logra que almacenen más nutrientes, mejoren su resistencia y se libren de enfermedades.
Los ensayos, que se fundamentan en pruebas estadísticas, son realizados por alumnos que cursan la experiencia educativa Biotecnología, que se imparte en la Facultad de Ciencias Agrícolas a estudiantes de distintos semestres. Así, los académicos combinan la investigación y la docencia, y convierten las prácticas cotidianas de una clase común en propuestas y apoyos de investigación para generar nuevos conocimientos y recursos externos.
De hecho, la investigación que luego de diez años de trabajo derivó en la creación del Micofert ha sido desarrollada por académicos de la UV gracias al apoyo de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, y ha obtenido seis premios en cuatro reuniones científicas, el reconocimiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), así como recursos externos nacionales e internacionales.
Para Ramón Martínez Tress, quien ha cursado los cuatro módulos de esta materia, la experiencia de incluir a estudiantes en proyectos de investigación es lo que garantiza el aprendizaje: “No es lo mismo memorizar la teoría que ponerla en práctica. Para nosotros han sido muy formativos los trabajos en laboratorio, en vivero y en el campo, nos han dado más habilidades y más seguridad, y estoy seguro que nos harán también mejores profesionistas”, manifestó.
Ramón, quien hoy es el responsable de hacer los ensayos para evaluar la resistencia del biofertilizante a fungicidas, también ha promovido esta biotecnología universitaria entre productores de flores en Villa Guerrero, Toluca, y actualmente estableció una parcela demostrativa para hacer lo mismo con el productor número uno de piña en el municipio de Isla, Veracruz, de donde el estudiante es originario.
Según dijo, este productor cultiva más de 800 hectáreas de piña, pero la parcela demostrativa en la que utilizarán Micofert será sólo de media hectárea, pues no hay suficiente biofertilizante. “Si logramos la patente y podemos producir más Micofert estoy seguro que los productores –que siembran en Isla más de 10 mil hectáreas de piña– serán nuestros primeros clientes”, comentó.
Luego de reconocer en la biotecnología “el futuro de la investigación”, Ramón Martínez insistió en la necesidad de promover este tipo de alternativas entre los productores: “Los productores están acostumbrados a resolver todo con fungicidas y pesticidas comunes, pero nosotros podemos mostrarles que hay alternativas más económicas y sustentables para el campo”.
Por otra parte, reconoció que la pasión que siente por la investigación es producto del trabajo que en estos dos años ha realizado en la Facultad de Ciencias Agrícolas, y motivada en gran parte por sus maestros: “Yo me acuerdo que a veces llegaba desde las 7 de la mañana y trabajaba hasta las 10 de la noche, porque el gusto por el trabajo científico yo lo aprendí aquí, en la escuela”.
Junto con sus estudiantes, los cuatro profesores de Biotecnología (César Moreira, Ramón Zulueta, Liliana Capistrán y Dora Trejo) están analizando la posibilidad de dar otras formas de presentación comercial al inóculo: “Antes lo presentábamos en perlas, ahora los chicos están analizando alternativas para usarlo con plantas ya establecidas en campo”, comentó Dora Trejo.
Además de trabajar con el biofertilizante y de terminar de generar los datos que exige el IMPI para otorgar la patente, en los módulos de Biotecnología han estudiado bacterias fijadoras de nitrógeno de vida libre y simbióticas, así como un helecho llamado azola, que tiene la capacidad de captar nitrógeno, uno de los nutrientes principales de las plantas.
Cabe señalar que el trabajo de docentes-investigadores incluye también la búsqueda de recursos externos que garanticen la continuidad de los trabajos, lo que beneficia también a estudiantes, pues para las prácticas dentro y fuera de la escuela requieren apoyos económicos que en ocasiones no puede facilitarles la propia Facultad, y representan además una oportunidad de incorporarlos laboralmente a los proyectos.

Pies de foto:
Patente
Estudiantes analizan la efectividad del fertilizante en arena y otros tipos de suelo, con ensayos en vivero.

Patente 1
Arena y otros sustratos sirven para evaluar la efectividad del fertilizante.

Patente 2
Cada ensayo implica el análisis estadístico de las características de las plantas que han sido fertilizadas.

Patente 3
Ramón Martínez Tress, quien establecerá una parcela demostrativa de piña biofertilizada en Isla, Veracruz.

UV acerca la cultura japonesa

UV acerca la cultura japonesa

Francisco Javier Chaín Revuelta

Orizaba, Ver.- El 28 de octubre de 2006 la Universidad Veracruzana fue sede del esplendoroso, único y especial evento que reunió en una memorable mañana la sensibilidad, la suavidad y la delicadeza de la cultura oriental, evento denominado “IV concurso de Oratoria del Idioma japonés” y que fue celebrado en un magnifico escenario como son jardines y arcadas del palacio que alberga el Museo de Arte del Estado, antiguo convento de San Felipe Neri.

Tan distinguido acto fue posible gracias a la unión de voluntades de la Universidad Veracruzana (UV), Embajada del Japón, Japan Foundation, JICA (Organismo ejecutor de la CooperaciónTécnica dentro de los programas de la Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) del Gobierno del Japón), Asociación Mexicana del Idioma Japonés (AMIJ), Centros de Idiomas de la UV, Facultad de Idiomas, Instituto Tecnológico de Veracruz, Universidad Autónoma de Chapingo, Instituto Politécnico Nacional, Instituto Cultural México-Japón, Universidad Cristóbal Colón e Instituto América de San Andrés Tuxtla, Veracruz.

Luz del Carmen Rivas Morales, directora de los centros de idiomas de la UV expuso durante el evento que la lengua japonesa representa una cultura quizá lejana pero por demás interesante, expresó que el idioma japonés representa también la posibilidad de acceder a una rica historia y a otra visión del mundo, pero sobre todo, nos acerca a una cultura actual, a un país moderno, a una nación de las más desarrolladas del mundo. Hizo notar que para la UV es una prioridad desde hace muchos años la enseñanza de las lenguas extranjeras, no únicamente de “la lengua que todos sabemos que mayoritariamente se aprende en este país” sino de las lenguas en general. Ratifico su creencia en que esto nos brinda una riqueza cultural y un acceso a distintos ámbitos de la ciencia, la tecnología y la civilización. Ojalá –dijo- los jóvenes que participan en este concurso de oratoria sean los principales difusores del idioma japonés en nuestro país y estado. Manifestó con orgullo que nuestra casa de estudios es partícipe de todo acercamiento a otras culturas y a la revalorización de las culturas de todas nuestras lenguas nacionales.

Por su parte el coordinar del Centro de Idiomas UV-Orizaba y anfitrión del evento recordó que de 1992 a la fecha en este centro más de 200 alumnos han cursado de alguna manera el idioma y 50 de ellos han egresado del curso completo con las herramientas lingüísticas para comunicarse en japonés, a ellos habría que sumar 30 más que actualmente reciben cursos. Anunció asimismo que se han abierto los cursos de los idiomas Náhuatl e italiano. Destaco a la maestra Lidia kameta por su trabajo, entusiamo y dedicación para el éxito del evento. Tocó a Victoria Ramírez Sánchez, secretaria académica regional, a nombre del rector Raúl Arias Lovillo y del vicerrector Emillio Zilli Debernardi, inaugurar el concurso.

Participaron 20 estudiantes en dos grupos (13 de básico y 7 de avanzado) de las diferentes escuelas de japonés. Con traducción simultánea en texto e imágenes, el primer grupo expuso al nutrido público cuatro hermosos cuentos de la cultura japonesa, a saber: “Bimbougami” (El Dios de la pobreza) “Warashibechouya” (Conserva todo lo que te den) “Omusubi Kororin” (Avaricia, caja chica, caja grande) y “Kaguyahime” (La princesa luna) que reflejan valores y la ancestral sabiduría de oriente. En este grupo expusieron: Jorge Alberto Andrade Figueroa, Juan Claudio Cazares Sánchez, Ana Lilia Torres Rodríguez, Ayami Ogata Medel, Alberto Rodríguez Álvarez, Ma. Del Carmen López Villegas, David César Rojas Ramírez, Agustín Rafael Domínguez Tadeo (2º lugar), Marisol Roldán Cortes (premio al esfuerzo), Itzel Deyamira Xolo Rosas (1º lugar), Alejandra Morales Alavéz, Aiko Itzel Ramírez Solís (3º lugar) y José Ignacio Hernández Aranda.

El grupo avanzado expuso en japonés textos de su propia creación, a saber: Dulce María Chao Rodríguez “Apariencias” (Gaiken); Mayra Fernanda de la Cruz Mora (2º lugar), “Ongaku ga atte yokatta” (Que bueno que hay la música); Rosa del Carmen Peralta, “Recuerdo de la Honestidad” (Majimesa no ovoide); Eber González Millán (1º lugar), “Comencemos en el mejor momento” (Yoi toki ni hajimemashou); Rodrigo Osorio Porras, “Manga Karabu” (El club de manga); Yamin Reyes Reyes (premio al esfuerzo), “Una familia de siete” (Shichinin Kazoku) y Atlquetzalli Rivera Basadua (3º lugar), “Usagui” (Conejo).

Kazuko Hozumi, Presidenta de la Asociación Mexicana del Idioma Japonés, y Directora del Instituto Cultural México Japón, a nombre del jurado felicitó a todos los participantes ya que con relación al concurso anterior la mejoría fue muy notable. Destacó que decir el cuento japonés es difícil a causa del vocabulario. Para los que no saben japoné esta nota rescató de la alocución de la maestra Hozumi que en japonés el acento no es fuerte ni débil sino alto y bajo; que las vocales largas consisten de una combinación de alargamiento y acento para subir el sonido.

El jurado se integró con los siguiente maestros: Lydia Kameta Takizawa, Centro de idiomas UV-Orizaba; Santiago Almeida, Instituto Tecnológico de Veracruz; Etsuko Okada, Universidad Cristóbal Cólon, Ríe Ogawa, Facultad de Idiomas de la Universidad Veracruzana; Kazuko Hozumi, Presidenta de la Asociación Mexicana del Idioma Japonés, y Directora del Instituto Cultural México Japón, Mariko Kawaminami, Universidad Autónoma de Chapíngo; Satoko Kukui, Instituto América de San Andrés Tuxtla, Ver.